Lo que nunca hubiera imaginado un funcionario judicial de Teruel encargado de cursar los trámites de divorcio, eran los peculiares motivos en los que un vecino basaba su petición para iniciar la demanda de divorcio, “estoy hasta los huevos, vengo diciéndoselo años y no me hace ni puto caso, cuando estoy durmiendo, mi mujer me pone los pies helados en los riñones y me despierta, tres veces he estado con bronquitis por su culpa”.
Atónito el funcionario ante las declaraciones del demandante, dió inicio al trámite en espera de las alegaciones o pruebas que en su defensa aporte “la señora de los pies fríos” en calidad de demandada.